LA TONDA DE ANTAÑO

Aunque muchas generaciones han tenido al Monte de Tonda como referente natural de la Villa chacinera, las más recientes han disfrutado poco de esa joya de la naturaleza. Desde que el pasado año se crease la ruta ‘Los secretos de Tonda’, el Monte ha revivido en el recuerdo de muchos y ha aparecido como espacio novedoso para otros. Hoy era un día de encuentro. La celebración de la Ruta Familiar interpretada y multiaventura y la coincidencia con las pruebas del Día de la Bici, organizadas por las concejalías de Deportes, Juventud y Turismo, hacían que el monte retomará la vida de entonces, de esas décadas atrás en las que meriendas, y celebraciones como la del Lunes de Aguas lo convertían en un ir y venir de gente. Hoy era un poco eso. Un trasiego de caminantes por los caminos y un murmullo de pájaros entremezclados con risas y gritos de niños y no tan niños que animados por el sol y el buen tiempo primaveral disfrutaban de una jornada de convivencia en la naturaleza. Era como la Tonda de antaño.
Tras la salida de la Plaza Mayor, cada una de las iniciativas entre las que se sumaban más de 250 personas (200 inscritos en la ruta familiar y casi otro medio centenar de ciclistas) realizaba sus programaciones por separado. Los primeros llegaban hasta la portera en autobús y distribuidos en tres grupos que comenzaban la caminata acompañados de guías medioambientales que les explicaban, por el camino, la flora y la fauna de la zona. Una primera parada les llevaba a disfrutar, de la mano de Asociación Arqueros de Sol XIV, de las pruebas de tiro con arco. Después, la zona del banco realizado por Elisa Merino, ‘Abrazados a Tonda’ servía de punto de encuentro y zona habilitada para la escalada y el salto en tirolina. Mientras los primeros grupos de la ruta llegaban a la zona, los participantes en el Día de la Bici realizan, a mitad de camino, las pruebas de ciclo-cross, de lentitud…etc. Los niños disfrutaban de la bici y de sus trofeos mientras los padres se preparaban para ir a por la paella. Por que ésta se estaba cocinando en la zona recreativa. A las 14,30 comenzaba el reparto de las más de 300 raciones preparadas con esmero y que acompañadas de la pieza de pan y bebida correspondiente servía para reponer fuerzas. Después, un poco de descanso y más actividad para los pequeños servía de colofón a una jornada en la que Tonda se llenaba de vida.

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